domingo, 12 de octubre de 2008

Pequeñas satisfacciones, grandes motivaciones


Sobre gustos no hay nada escrito, suele decirse, a pesar de los muchos que existe al respecto. Te digo esto porque te hablaré sobre algunas de las cosas que me gustan.

Una de esas cosas es la ciencia ficción. Tengo predilección por las temáticas cyberpunk y su “visión” pesimista del futuro; la tecnología acaba volviéndose en nuestra contra y acabamos de una manera u otra subyugados (¿y acaso no lo estábamos hoy?) a ella. El cyberpunk también adelantaba el uso y el abuso de las drogas sintéticas (su uso reconocido en soldados y el abuso de ellas son también temas actuales), la destrucción del planeta (a ello parecemos abocados), las ciudades como “entes” con voluntad propia y afán desmesurado de expansión (por suerte actualmente las ciudades no, pero otro tipo de “entes” si que han demostrado ese afán), una humanidad centrada en la mediocridad y en el consumismo, reconstruida con prótesis y complementos mecánicos y digitales (esto me suena demasiado… por cierto, ¿dónde habré dejado el mp4?), enfermedades diseñadas en laboratorios y sobre todo, máquinas tan parecidos a nosotros mismos que acaban siendo más humanas que los humanos. Quizá el cyberpunk, la llamada corriente pesimista del futuro ya no existe como tal, porque ya no es corriente ni movimiento, son ideas y estéticas que se han absorbido y forman parte del imaginario popular. De cualquier manera a algunos nos siguen apasionando películas como Nivel 13, ExistenZ, I.A., El hombre bicentenario, Ghost in the Shell (y 2), Avalon, Hijos de los hombres o The Matrix.

Conozco muy pocos programas de radio. Esa mínima fracción que conozco se compone de dos programas de cadenas distintas que rivalizan en horario pero que a veces comparten temática; Milenio 3 y La Rosa de los Vientos. Son dos pequeñas ventanas que se abren de noche, en la madrugada, y quizá por eso tiene el halo de intimidad que atrae y engancha. El primero está más dirigido al misterio; todo lo que trata siempre parece tener un algo oculto, pero está tratado con un toque especial, lo que llaman el periodismo de lo oculto. El segundo también trata estas temáticas entre otras muchas. La Rosa de los Vientos es un resumen semanal de temas de actualidad, combina historia, arqueología, literatura, cómics, música, tertulias y monográficos. La verdad es que combinados hacen pasar muy buenos ratos y las dosis de cultura nunca vienen mal.

Para acabar voy a hacer una pequeña lista de cosas que me gustan; los videojuegos con una buena historia, porque es una experiencia similar a lo que sería una película interactiva, e incluso a veces te hacen descargar adrenalina; las películas de Terry Gilliam, en especial Brazil y Doce monos por la estética “sus” futuros y la fuerza con que se persiguen los sueños en sus historias; las películas de David Cronemberg, en especial Videodrome, Una Historia de Violencia y Promesas del Este, por el estilo y porque la violencia que muestra es cruda y a veces irracional, como el hombre, pero no gratuita; las historias de Neil Gaiman, tan buenas y entrañables como las reuniones familiares de Navidad; y por último, poder tener una cámara de video, un block, un lápiz y una idea.

Ya me conoces un poco más. Pero dejemos claro que nunca nadie conoce a nadie realmente, no del todo. Lo leí en algún lugar y después de darle muchas vueltas lo creo. Esa es la magia por la que nos seguimos sorprendiendo, emocionando o enfadando. Y, ¿por qué te digo esto? Es sencillo. Tú, como yo, escribimos lo que queremos que se sepa de nosotros. Esa información está dirigida y filtrada por lo que no somos totalmente sinceros. Por eso tenemos secretos.

¿O no?

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